EXPUESTOS
 
No tengas nada en las manos
ni una memoria en el alma.
Que cuando pongan en tus manos el último óbolo,
al abrirlas nada caiga de ellas.
¿Qué trono te quieren dar
qué Átropos no te quite?
¿Qué laurel que no se marchite
en los arbitrios de Minos?
¿Qué horas que no te reduzcan
a la sombra que serás
cuando de noche estés
al fin del camino?
Toma las flores, pero suéltalas
apenas miradas.
Siéntate al sol. Abdica
y sé rey de ti mismo.
                                   Fernando Pessoa